Qué importante es que busquemos una más profunda intimidad con Dios. Lo necesitamos para aprender a descansar y esperar en Él. Si pasamos tiempo pensando y meditando en Dios, Él nos llenará de Su presencia y nos renovará.
Permite que Él transforme tu mente y tu corazón; y casi sin notarlo, todo tu ser se rejuvenecerá.
Notarás una nueva fuerza en tu vida y las tinieblas de tu mente desaparecerán con la luz del Señor.
Busca a Dios en cada instante, descúbrelo en cada momento de tu vida y reconócelo en cada situación y circunstancia. Esa es la única posibilidad de que puedas llegar a cumplir tus sueños.
¡No renuncies a tus sueños!
Cuando determines tu objetivo, camina hacia él. No permitas que nada, ni nadie te desvíe. Usa los inconvenientes como fuerzas que te impulsen a acercarte a tus sueños.
Si algo negativo ha ocurrido en tu vida, es para que uses esa experiencia para transformarla en algo positivo. Las pruebas y circunstancias difíciles o dolorosas en nuestra vida, deben ser motivo de reflexión, ya que Dios quiere enseñarnos a través de ellas a tener más sabiduría.
¡No renuncies a tus sueños!
Tus sueños parecen inalcanzables. Tu trabajo consiste en hacer de las pruebas y dificultades superadas, los peldaños que te permitirán subir y alcanzarlo. Construye cada peldaño con la sabiduría que viene de Dios; tómate de Sus manos cada día, persevera y esfuérzate. No abandones nunca.
¡No renuncies a tus sueños!